sábado, 22 de diciembre de 2012

AUDIENCIA PÚBLICA A LA DERIVA (2ª parte)


En la anterior entrada hablaba sobre la crisis de audiencia de La 1 de TVE. Después de analizar la situación, llegué a la conclusión de que la cadena pública tiene una serie de debilidades y carencias que no debería tener un canal de sus características. ¿A qué nos estamos refiriendo exactamente? 

La 1 es un canal generalista que tiene que llegar a las grandes masas de audiencia. Por tanto, tiene la “obligación” de llegar a todo tipo de públicos, desde los mayores hasta los más pequeños, y ofreciendo una programación que sea capaz de competir de tú a tú con la de los principales canales privados (sí, he utilizado la palabra “competir” a pesar de que a TVE, desde que no emite anuncios, ya no le toca ningún trozo de la tarta de los ingresos publicitarios). A la vez La 1 debe cumplir una función de servicio público, lo cual supone ofrecer una programación con un mínimo de calidad y que respete ciertos valores. Pienso que La 1, sin esa “obligación social” no tendría gran razón de ser, de la misma forma que pienso que es necesaria una cadena pública estatal que tenga fuerza y que sea garantía de calidad.

De aquí parte mi interés por analizar los puntos débiles que tiene la programación de La 1 y ofrecer algunas propuestas para mejorarla. No trato de analizar todas las carencias de TVE (podríamos hablar, por ejemplo, de la grave situación económica en la que está envuelta), sino de las carencias de su parrilla de programación, que hacen que La 1 no cumpla el objetivo de dirigirse a todos los públicos.



1. Concursos

Es un género muy clásico, en consonancia con el carácter de La 1, y extrañamente no existe en su actual parrilla de programación. La última experiencia en este género fue aquel “¿Conoces España?” de Ramontxu, que se despidió el pasado 1 de junio de las tardes de la tele pública tras 18 emisiones con un pobre 6’4% de audiencia media. Se trataba de un quiz show; es decir, un concurso tradicional de preguntas y respuestas sobre cuestiones culturales acerca de España; una mecánica, por lo tanto, sencilla que además cumple la función de servicio público.

Precisamente esta sencillez (excesiva desde mi punto de vista) pudo haber sido su condena: los concursos de hoy en día, en general, requieren un componente extra de vistosidad, de espectáculo (aunque siempre hay excepciones; véase “Saber y ganar”). Hablando de “Saber y ganar”, una posible solución para esta ausencia de concursos en La 1 podría ser traspasarlo al canal principal de TVE. Yo en absoluto aplicaría esta estrategia, ya que no sería otra cosa que “vestir un santo para desvestir otro”. 

En definitiva, desde el blog AUDIENCIA EFÍMERA abogo por la vuelta de los concursos a La 1, al menos, en las tardes. Eso sí, abogo por un programa que complemente su función de servicio público con una dosis de originalidad e innovación, como lo hizo en su día "Identity" o "El rival más débil". ¡Ay, qué recuerdos viendo “El rival más débil” mientras  merendaba un bocata de nocilla!



2. Reality shows

En los últimos años, el concepto reality estaba tremendamente denostado ya que lo identificábamos con programas como “Gran Hermano” y sucedáneos. No fue hasta la llegada de Cuatro y laSexta cuando se invirtió esta tendencia, demostrando que el concepto reality (bajo el nombre de coach) podía tener un fin educativo más allá de la pura recreación.

Esta es la vía por la que podría tirar La 1. De hecho, en los últimos meses hemos asistido al estreno de un reality en La 2 (¡sí, en La 2!), “Convive”, destinado a fomentar en las parejas una mayor conciliación a la hora de afrontar las tareas del hogar. La idea de “Convive” me parece buena, aunque dudo que el resultado final encajara en La 1. Pero lo dicho, creo que la principal cadena pública debería tirar por ahí, encontrar un tema con gancho y tratarlo de una manera llamativa. Y si puede incluir un componente de aprendizaje que el propio espectador pueda llevar a la práctica, mejor. Se podría probar suerte, por ejemplo, con un programa con el que los espectadores aprendan un idioma a la vez que los protagonistas del reality lo hacen.

 

3. Talent shows


Se podría considerar una hibridación del concurso y el reality e históricamente ha dado algunas alegrías a La 1. Sin embargo, hoy en día el ente público no cuenta con ningún programa de estas características, en parte por lo económicamente inviable que le resultaría afrontarlo, pero opino que ahora mismo La 1 necesita un show de referencia. Aún por encima el contexto televisivo es bueno: tras un pequeño estancamiento parece que el talent está resurgiendo de sus cenizas con el éxito de “Tu cara me suena” (Antena 3), “La voz” o “Tú sí que vales” (Telecinco).

Podría ponerse en duda la función del omnipresente concepto de servicio público que ofrecería un talent show en La 1. Creo que habría que conjugarlo con el espectáculo, y programas como “Mira quién baila” o “Tu cara me suena” lo consiguen: no sólo ofrecen espectáculo, diversión, entretenimiento…, sino que además los premios de los concursantes van destinados a lo que se podría denominar “causas justas”.



4. Programas de variedades


Lejos quedan ya programas como “Noche de fiesta” (aunque con la crisis que tiene La 1 no me extrañaría que lo sacaran del baúl de los recuerdos). Hay que reconocer que este programa aportaba un toque de show, que es lo que le falta a La 1.

Eso sí, hay que tener en cuenta que el medio televisivo y los espectadores han cambiado mucho desde “Noche de fiesta” y el género de las variedades ha desaparecido casi por completo (quedan raras excepciones como “Luar” en la TVG). Podría apostarse por una revitalización de este género, adaptado, claro está, a los nuevos tiempos. Incluso se podría apostar por una fusión de talent show con los programas de variedades clásicos. En "Tú sí que vales" funcionó...



5. Programas de humor

Están bastante vinculados a las variedades, aunque también se ha visto muchas veces que pueden subsistir en solitario (Martes y Trece, Los Morancos o Cruz y Raya han tenido sus propios programas). En los últimos años fue José Mota quien se encargó del humor en La 1, aunque desde el final de su programa hace ya casi un año la principal cadena pública se ha quedado un poco huérfana en este género.

Por tanto, hace falta algún espacio para el humor. Podría ser de una forma “tradicional” como la de José Mota o a través de fórmulas más arriesgadas. Entre estas incluyo los programas de monólogos tipo “El club de la comedia”, los concursos que buscan al mejor humorista (algo que La 1 ya probó sin éxito hace varios años con “El rey de la comedia”), la sátira a políticos y deportistas (tipo “Polònia” y “Crackòvia” de TV3), la sátira a los profesionales de la televisión (como “APM?” o el histórico “Homo zapping”) o un show de late night al estilo norteamericano. Otra opción sin duda más económica es el humor nostálgico del espacio “¡Cómo nos reímos!”, que en su primera emisión el pasado 8 de diciembre consiguió un gran 5’4% en La 2.


6. Entrevistas

No le vendría nada mal a La 1 un programa de referencia comandado por un periodista de reconocido prestigio, más allá de "Los desayunos de TVE". Realmente no hace mucho que el ente público lo intentó con Julia Otero y su “Entrevistaa la carta”, que en sus 8 emisiones promedió un desesperanzador 7’9%. Quizás estaría bien buscarle una salida a través de una nueva vuelta de tuerca que llame la atención del espectador.

Otra posible vía sería algo que he comentado en el apartado anterior: un programa de late night que combine humor y entrevistas, al estilo Buenafuente.



7. Musicales

Los programas musicales clásicos están en coma y los talent shows cubren de alguna forma su hueco en la televisión de hoy en día. No obstante, se echan en falta programas con actuaciones en directo de cantantes tanto consolidados como amateur en La 1 (o incluso en La 2). Antaño este fue un género muy cultivado con programas como “Aplauso”, “Popgrama”, “La edad de oro”…, y más recientemente “Música sí” o “No disparen al pianista”. Esta sería una buena ocasión, además, para llegar a un público más juvenil y dar cabida a nuevos géneros y artistas hasta ahora bastante minorizados… Y quien sabe si para paliar la crisis que padece desde años la industria musical. ¿Por qué no intentarlo?


8. Series extranjeras

Por supuesto algo que no debería faltar en La 1 son series extranjeras. No voy a entrar en qué tipo de series, si comedias, si dramas…, pero sí algo más que telenovelas sudamericanas para las tardes. TVE, al abordar la tematización de sus canales hace varios años, se decantó por eliminar las series extranjeras ya no sólo de La 1 sino incluso de La 2 para aparcarlas casi de modo residual en Clan. Una medida extraña y, si se me permite, absurda que debería ser subsanada.


Algunas de las series extranjeras emitidas hace años en el prime time de La 1

Partiendo de lo expuesto, se podría decir que La 1 debería ofrecer un abanico más amplio de programas en el que se dé cabida a la innovación, la originalidad, la vanguardia… sin perder de vista el papel de entretenimiento familiar y la función de servicio público que ha procurado siempre. Con ello, La 1 se convertiría de verdad en una cadena dirigida no sólo a los adultos y a los mayores, sino también a un público adolescente y juvenil al que ahora mismo tiene bastante abandonado. Está claro que son tareas difíciles dadas las actuales dificultades económicas del ente público, pero querer es poder.

1 comentario:

  1. Después de haber leído Audiencia Pública a la Deriva (1ª y 2ª parte) tengo que decir que estoy muy sorprendida con la caída de audiencias en la 1,y especialmetne con el ¨baile de caras¨(tenía que usarlo, me ha encantado la expresión) de los servicios informativos. Algún eco de la polémica con
    Ana Pastor llegó por estas tierras perdidas del Este de Europa, pero se quedó en un comentario en los círculos de españoles. Ahora veo que vale la pena tirar un poco más del hilo y saber qué ocurrió exactamente.

    Me ha gustado especialmente la segunda parte del artículo (por eso es en la que comento) ya que me siento muy identificada con las propuestas. Concursos sí, por favor! Hemos estudiado que son un género poco agradecido, ya que requieren el esfuerzo constante de un buen equipo de guionistas cuyo trabajo no suele traducirse en un buen índice de audiencia, pero yo también los echo de menos, aunque mis bocatas fueran de mantequilla con azúcar.

    Es una pena que todavía no haya medios para calcular las audiencias por Internet (corrígeme si me equivoco), porque probablemente somos muchos los que, aún estando lejos debido a la coyuntura económica, dedicamos al menos una hora diaria a no perder el contacto con la tele que nos vio crecer. En mi caso, soy una auténtica incondicional de Noticias La 2, y que no me falte Saber y Ganar de sobremesa, eso es casi tan sagrado como el café. No hay semana que no me vea un Días de Cine o Informe Semanal, y sé de mucha más gente (españoles y no españoles), que como yo no consiguen pasar sin su ratito de tele española, aunque tenga que ser a través de una pantalla de 15 pulgadas.

    PD. Sí, sé que todos los programas que he nombrado son de La 2, pero es que es mi debilidad :) y no, yo tampoco creo que sea bueno desvestir un santo para vestir otro.

    Olalla

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