miércoles, 12 de junio de 2013

AUDIENCIA PÚBLICA Y LOS ECOS DE GRECIA


En las últimas horas la ciudadanía griega ha asistido al cierre de la Ellinikí Radiofonía Tileórasi (ERT), su radiotelevisión pública. Una noticia que cogió a todo el mundo de sorpresa a pesar de que todos sabemos la delicada situación económica que está atravesando el país heleno. Atrás quedan nada más y nada menos que 75 años de existencia que a buen seguro han generado un tesoro audiovisual sobre la historia de Grecia desde 1938.

No obstante, en las últimas horas de vida de la ERT el portavoz del Gobierno griego, Simos Kedikoglu, prometía la creación cuanto antes de una nueva empresa pública moderna, más eficiente y con menos plantilla. No dudo de las intenciones de los gobernantes griegos, pero sus promesas quedan en segundo plano ante la celeridad y la brusquedad del final de su radiotelevisión pública. Desde luego no han sido las formas.

Trasladando la cuestión a España, me surge el siguiente dilema: ¿podría pasar lo mismo con RTVE?


Mucho se ha hablado en los últimos tiempos acerca del déficit del ente público español, de los sueldos de sus trabajadores (caras visibles incluidas), de cuánto nos cuesta a los ciudadanos mantenerlo e incluso de la posibilidad de que vuelva la publicidad a TVE para superar el actual bache económico. Todo ello, unido al deterioro de la imagen de los programas informativos y al final o aplazamiento de ciertos programas de alto coste, han llevado a La 1, el estandarte de TVE, a sus peores niveles históricos de audiencia. Y por supuesto, este es un debate presente también en torno a los canales autonómicos.

Una de las posibles soluciones que se han planteado durante estos meses es la privatización de aquellos canales públicos que no sean capaces de subsistir como empresas públicas. En este sentido, la televisión murciana (7RM) fue privatizada en agosto de 2012 sólo seis años después de su fundación como televisión pública. También se rumorea o ha rumoreado sobre la futura privatización de Telemadrid o Televisión Canaria. De momento sobre TVE no hay más que quizás las opiniones a favor de una parte de la audiencia, pero nada oficial.

Otra de las vías de escape para el actual colapso económico de TVE podría ser la racionalización o reestructuración de canales. Se trata de una vía aplicada en los últimos meses en algunas de las corporaciones autonómicas. En Cataluña el 1 de octubre de 2012 el canal juvenil 3XL echaba el cierre y El 33, el canal cultural de Televisió de Catalunya, pasaba a emitir únicamente en las franjas de prime time, late night y madrugada, compartiendo su frecuencia con el canal infantil Super3, que sólo emite en el day time. Ese mismo día en Andalucía se reconvirtió Canal Sur 2 en una cadena que emite lo mismo que Canal Sur 1 pero con subtítulos y lenguaje de signos. Y en Televisión Canaria directamente se optó por cerrar el segundo canal el 31 de julio de 2012.

A esta última vía ya recurrió TVE cuando las alarmas todavía no se habían disparado. Cultural·es, un canal ideado para la TDT, fue abortado antes de que el sistema de transmisión terrestre llegase a toda España. La razón: “ajustarse a los tiempos económicos”. De modo que la programación diseñada para Cultural·es se trasladó a La 2, que se erigió todavía más como el canal cultural de TVE.

Hoy en día no resulta extraño oír o leer ciertos comentarios sobre la escasa necesidad de los canales públicos: “¿La 2? ¿Pero todavía existe?”, “¿Para qué sirve Teledeporte más que para los Juegos Olímpicos una vez cada cuatro años?”, “¿Y para qué se quiere Clan si ya hay otros canales infantiles?”. Los bajos niveles de audiencia de las cadenas que acabo de citar, junto con el coste que supone para el ciudadano mantenerlas, son el principal argumento de quién realiza estas preguntas al aire. Se trata de una postura que incluso defienden personajes de la esfera política española a raíz de la nefasta gestión de algunas de las televisiones autonómicas, gestión que de un modo más o menos directo recayó sobre ellos mismos o sobre colegas suyos.

Incluso hay quienes ponen en duda la validez de La 1 como canal público, justificando que ya existen multitud de canales privados que cumplen sus mismas funciones. En parte no les falta razón, pero la existencia de un ente público es (o debería ser) una garantía de calidad, de esa calidad que en múltiples ocasiones brilla por su ausencia en las cadenas privadas. Muchos parecen olvidar además la función de servicio público que ofrece (o debería ofrecer) TVE, ya no sólo en La 1 sino también en sus canales minoritarios, esos canales tan denostados (La 2, Teledeporte y el 24 Horas) y únicos por su contenido en la televisión en abierto en España.
No me imagino la televisión sin los canales públicos de TVE. E incluso sin mi canal autonómico público, la TVG. Espero que nunca lleguemos al extremo al que se ha llegado en Grecia. Lógicamente se podrían recortar gastos haciendo desaparecer nuestra radiotelevisión pública (la española y la autonómica) porque, la televisión, aunque da de comer a muchas más familias que las que parece, no es tan importante como mantener nuestra sanidad pública, nuestro sistema de pensiones o nuestro sistema educativo. Pero aun así el ciudadano debería hacer un esfuerzo y aportar su pequeño granito de arena monetario para sostener el sistema de medios de comunicación públicos. A modo de “compensación”, el ciudadano debe exigir unos parámetros de calidad en la programación de las cadenas públicas (esto también incluye atenuar lo máximo posible la manipulación informativa que tanto se está denunciando últimamente en TVE), así como exigir transparencia en la gestión y en la elección de los responsables de la radio y televisión para, de alguna manera, garantizar que los medios de comunicación públicos no sean los medios de propaganda del gobierno de turno, sino unos medios para la ciudadanía. Una radio y una televisión que echen mano del ingenio y la creatividad para ofrecer una programación atractiva y de calidad a menor coste que los medios privados.

2 comentarios:

  1. UNA DUDA ALLÍ A PARTE DE LA TELEVISION PUBLICA ESTATAL, TIENEN LO QUE AQUI LLAMARIAMOS AUTONÓMICAS? GRACIAS

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    1. Hola Manu. No conozco de primera mano la estructura de la que fue la radiotelevisión pública griega, pero por lo que sé uno de sus canales de televisión, ET3, ofrecía programación generalista regional con desconexiones territoriales. Más o menos sería el equivalente a nuestras televisiones autonómicas con la diferencia de que aquí cada autonómica es una empresa pública que no depende de TVE, mientras que ET3 estaba gestionada por la corporación estatal griega (el equivalente a nuestra TVE).

      Espero haber aclarado tu duda. Gracias por comentar.

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